Sarria

A medio camino

En el primer período medieval se consolida el Condado de Sarria, y es que a partir del siglo X se vincula a la villa el título de “Comes in Sarria” o "Comes in Elarín". Desde principios del siglo XII es citado como "Comes in Sarria" Rodericus Vélez, iniciador de la trilogía de Condes de Sarria. 

Es en este período cuando se producen las primeras peregrinaciones a Santiago por el Camino Francés, hecho que le otorga prestigio a esta villa. Es también en este siglo cuando Gutiérrez Ruiz de Castro adquiere el señorío de Lemos y Samos al casarse con Elvira Osorio, y es en ese momento cuando se funda probablemente la Fortaleza de Sarria, que mencionaremos su devenir histórico posteriormente.

A raíz del descubrimiento del Apóstol comenzó el gran movimiento de peregrinación a Compostela, Alfonso IX, o Enrique II, rey de Castilla, estuvieron en Sarria haciendo parada mientras llegaban a la ciudad de Santiago. Decir que el camino francés se remonta al siglo IX, y es una de las tres grandes rutas de la cristiandad junto con los romeros a Roma, los palmeros a Jerusalén y la santiaguera o compostelana, la del Camino de Santiago. Esas peregrinaciones reforzaban la fe cristiana en un momento de asedio musulmán.

El Camino de Santiago es el motor por el que surgen hospitales, ermitas, puentes, mesones. Decir que se documentan hasta once hospitales en lo que es hoy el Concello de Sarria, 9 de los cuales estaban en pleno camino. Es en esta época también cuando aflora la construcción de monasterios de importancia como el de Santo Antoniño de Sarria o el de Santo Estevo de Calvor, todos bajo tutela del Monasterio de Samos. Eso hizo que hubiera una mayor explotación de tierras y cultivos, haciendo crecer la villa de Sarria.

En parroquias sarrianas como Louseiro y Froián existían posesiones señoriales vinculadas a los reyes, es decir, la riqueza de esta villa se extendía por toda la comarca.

A finales del siglo XII se funda Vilanova de Sarria gracias a la carta puebla que le dió Alfonso IX, rey de Galicia y León, fuero que servirá para que Sarria se rija como villa real y a su vez, contribuye a la repoblación de sus tierras. Señalar que Alfonso IX moriría en Sarria el día 24 de Septiembre de 1230, víctima de una grave dolencia que le sorprendió cuando peregrinaba a la tumba del Apóstol para der gracias por la reconquista de la ciudad de Mérida. En la sucesión de su reinado, las tierras de Galicia, León y Castilla se unifican bajo el mandato de Fernando III el Santo, motivo por el que nunca han vuelto a batallar entre ellas.

En el año 1280, durante el reinado de Alfonso X (1252-1284), Sarria ya tiene completada la estructura de la villa, contando con dos iglesias como eran San Salvador y Santa Mariña la antigua, el monasterio de la Magdalena, y las ermitas de Santiago do Mercado y Santa María de Barbadelo. En tiempos de Alfonso IX aparece como señor de Lemos y Sarria Don Esteban Fernández de Castro, quien ayudó a la reconquista de las ciudades de Córdoba y Sevilla. Decir que junto con otras villas reles, Sarria tuvo voto en Cortes. 

La villa se convierte en feudo cuando el rey Pedro I le concede a don Fernando de Castro las Pobras de Sarria en 1360. A Pobra de Sarria, A Pobra de San Xillao, A Pobra de Adai, A Pobra de Neira de Susao y a Pobra de Triacastela. Para gobernarlas se crea en Sarria un «merino mayor» y «merinos subalternos» en cada una de las dichas pueblas. En el año 1366 se vinculará con el Condado de Lemos pasando a tener carácter hereditario. La influencia del condado crece al tener jurisdicción sobre las conocidas como "Cinco Pobras". Desde el siglo XV, que se le concede a Don Pedro Álvarez Osorio el título de conde de Lemos, la historia de Sarria estará vinculada a esta dinastía hereditaria. En la Alta Edad Media la Casa de Lemos se caracterizó por la vinculación al Monasterio de la Magdalena, realizando varias donaciones para el mismo. 

Debido a su importancia política, en Sarria se construirá una fortaleza, y en tierras aledañas encontramos castillos documentados como el Castelo dos Infantes o el de Louseiro, lugares desde los cuales señoreaban familias hidalgas, dueñas de pequeñas jurisdicciones.

La Primera Revolta Irmandiña no afectó directamente en las estructuras de la villa de Sarria, mientras que la segunda, conocida como la Gran Revolta Irmandiña sí que tuvo incidencia directa en estas tierras, igual que pasó en el resto de territorio gallego. Galicia era territorio de grandes señores, la mayoría pertenecientes a la nobleza castellana, y numerosos campesinos.

En 1431 se inició una revuelta en las comarcas de Betanzos y Pontedeume contra el señor de Andrade. Se acabó con la rebelión pero en 1467 estalló la Gran Guerra Irmandiña, que duró dos años. Debido a años de malas cosechas, pestes y maltrato señorial, diferentes grupos sociales, desde campesinos a gentes de Ciudad, baja nobleza y hasta bajo clero (hay constancia de ayuda económica), se alzaron contra el poder señorial.

Los linajes de Lemos, Andrade y Moscoso fueron los más afectados debido al poder que ostentaban, ya que eran el principal objetivo de la revuelta. En un primer momento, parte de la nobleza que sufrió la ira de los irmandiños huyó a Portugal o Castilla.

En 1469 Pedro Madruga, noble, inició un ataque desde Portugal con el apoyo de nobles y el arzobispo de Santiago de Compostela. Las tropas feudales, con mejor maquinaria de guerra, (las tropas de Pedro Madruga usaban modernos arcabuces), vencieron a los irmandiños y mataron a sus líderes, siempre respaldados por los reyes de Castilla y Portugal, y aprovechándose de la división de las fuerzas irmandiñas. Tanto la Guerra, con la destrucción de la Fortaleza de Sarria, como la victoria posterior de los nobles, caracterizada por la reconstrucción de castillos y fortalezas, afectaron a estas tierras.

En el año 1503 Don Fernando de Castro es nombrado Marqués de Sarria por los Reyes Católicos. Don Dionís de Castro funda a finales del siglo XVI el Hospital de Santo Antón, para la atención de peregrinos que volvían de Santiago,

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