Sarria

Camino Francés

Camino Francés

Historia del Camino

El Camino de Santiago se remonta a hace más de mil años, cuando una noche alrededor del 820, en el monte sagrado del Libredón, en Santiago, se descubrió la tumba del apóstol, la cual pasó a ser la piedra fundacional de la Catedral compostelana, y a su vez, de la ciudad de Santiago, destino europeo desde tiempos inmemoriales por su ruta de peregrinación.

Durante más de mil años, miles de peregrinos han emprendido su camino hasta el santuario del apóstol Santiago, atrayendo su carácter mágico y religioso a caminantes de toda Europa y el Mundo. A finales del siglo IX empezaron a peregrinar monarcas, abades y monjes franceses y alemanes hacia Santiago, donde se inició la construcción de la catedral tiempo después.

La peregrinación a Compostela se convirtió desde el siglo XI en una de las grandes peregrinación de la cristiandad medieval, junto con la de los palmeros de Israel y los romanos a Roma, y es que la época de oro de las peregrinaciones se produce entre los siglos XI-XIII, cuando llegan peregrinos desde Francia, Italia, centro y este de Europa, Inglaterra, Alemania, incluso Islandia, y por supuesto toda la Hispania, a pie, a caballo, en barco… Era una manera de reforzar la fe cristiana en un momento de asedio musulmán peninsular, durante el contexto de las cruzadas y guerras de religión.

Desde época medieval, la hospitalidad será una de las señas de identidad del Camino de Santiago, y es que alrededor del Camino se fundan pensiones, fondas, puentes, mesones, hospitales...una serie de servicios que hacen crecer y prosperar las villas por donde pasa el camino, a la vez que brindan bienestar a los peregrinos. Muchos fueron los hospitales creados por ordenes religiosas y con el beneplacito de la corona. En la mentalidad medieval, el peregrino era un enviado del Cielo, por lo que había que considerarlo y tratarlo como si fuese el propio Jesucristo.

Mientras que en los siglos XIV y XV el Camino resistió pese a los prolongados períodos de hambre, crisis económica y de pensamiento, en el siglo XVI sufrirá una profunda crisis, motivada por el pensamiento humanista que criticó la peregrinación, y también influido por la Reforma protestante y las guerras de religión que acecharán Europa, enfrentando reinos e ideales. La Inquisición también constituye un problema en el XVI, pues sus sospechas afectaban a todo extranjero, incluso a los peregrinos jacobeos, algunos de ellos acusados de espionaje.

Decir que en 1589, debido a las guerras contra los ingleses, se ocultó el cuerpo del apóstol dentro del recinto del presbiterio de la catedral. Su paradero exacto fue desconocido durante varios siglos, hasta 1879, año del Segundo Descubrimiento de los restos apostólicos.

En el siglo XVII, con el barroco, se reactivará el Camino de Santiago, en especial durante los años santos, aunque en la ruta tendrán que convivir los jacobitas con falsos peregrinos, interesados en vivir de la caridad y las limosnas en villas y ciudades. La Revolución Francesa motivará un nuevo descenso en el número de peregrinos a finales del siglo XVIII.

En la época de poca afluencia, los peregrinos peninsulares serán los encargados de mantener el camino. A partir de 1879, con la declaración papal del hallazgo de restos apostólicos, en la bula Deus Omnipotens (1884), y con la celebración de año santo en 1885, empezó de nuevo a resurgir el Camino.

Aunque el Camino de Santiago tendrá un nuevo repunte en las décadas finales del siglo XIX y principios del XX, la Guerra Civil Española (1936-1939) y el franquismo afectaron de nuevo a las peregrinaciones. En los años 50 y 60 comenzó la recuperación y se crearon las primeras asociaciones jacobeas de París (1950) y Estella (1963). El impulso definitivo llegó a partir de 1982 cuando el papa Juan Pablo II peregrinó a Santiago e hizo un discurso en la catedral de Santiago. También tuvo destacado papel el sarriano don Elías Valiña Sampedro, "o cura do Cebreiro" (1929-1989), natural de Mondín - Lier, el cual ayudó a la promoción del Camino. 

La experiencia de la peregrinación a Santiago es única en el actual mundo globalizado marcado por la tecnología, economía, y aún hoy en día, por las guerras de religión. El Camino de Santiago ha sido, y sigue siendo, sin duda, la ruta más antigua, concurrida y celebrada del viejo continente. La mayor parte de los peregrinos eligen Sarria, lugar donde Alfonso IX acabo su peregrinación, para comenzar su ruta. 

Actualmente, más de 300.000 personas al año recorren esta ruta de peregrinación, y es que no es solo un acto de fe, sino que también se ha convertido en una experiencia mágica y profundamente humana del propio descubrimiento de sí mismo. El paisaje, la soledad, la naturaleza...todos estos elementos confluyen en la magia del camino. El Camino es un fenómeno transversal que mezcla una parte espiritual junto con nuevos conocimientos, amistades solidaridad y cultura, un camino cuyos peregrinos cuentan además con la vivencia del paisaje y la historia de nuestra Galicia.

Decir que el Camino de Santiago fue declarado "Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO, "Primer Itinerario Cultural Europeo" por el Parlamento Europeo, y recibió el Premio "Príncipe de Asturias a la Concordia". Todos estos reconocimientos destacan la importancia del intercambio cultural, religioso, ideológico y de convivencia generado por el hecho de las peregrinaciones y como cada año son más los peregrinos de todas las lenguas, nacionalidades y culturas, que realizar esta ruta secular a pie, en bicicleta, a caballo o empleado otros medios, movidos por las más diversas razones. 

SARRIA WEATHER

Sarria

Seleccione su idioma